sábado, 6 de diciembre de 2008

Verano en diciembre

Nasca, Ica, Perú
Diciembre del 2008

La mejor época. No lo digo porque Navidad está a un paso. Es cierto que es una fecha en la que comemos rico, cocinamos todos, ponemos mantel, limpiamos la casa, nos arriesgamos con pirotécnicos y nos divertimos. Por lo menos así es en mi casa; pero para desgracia del viejo panzón con su filosofía del triple JO o para el hijo de Papi que cumple años en diciembre aunque la humanidad no esté enterada de cuando nació realmente; esto no es así. Navidad ahora es una buena oportunidad de hacer negocio redondo, es como el día de la Madre, pero la diferencia es que ahora los principales consumidores son los insaciables niños citadinos con padres que babean por ellos. Y eso que no había mencionado el rico chocolate caliente de Nochebuena con 32 grados centígrados en el ambiente. Con estos sacrificios tal vez Dios podría perdonarnos algunos pecadillos sin tener que enviar al pobre Jesús para que pague los platos rotos. ¿O habrá sido voluntad de Dios que Europa nos contagie toda su cultura? En ese caso, habría hecho que las estaciones coincidan en todo el globo, no?

Bueno, bueno. Si usted, el lector, que asumo debe ser alguien muy cercano a mí, ya ha logrado leer hasta esta línea, lo más probable es que haya adivinado la verdadera razón de esta redacción: La lluvia, por supuesto. Sí, sí, yo se que puede caer pesado, como el riiing de su timbre el domingo por la mañana, pero prometo no aburrirlo tanto como espera. Listos o no, allí voy…



Es domingo 7 de Diciembre, linda fecha, lindo día. El lunes es feriado, sólo quedan 4 días de colegio en mi vida, 11 para mi fiesta de promoción, 18 para Nochebuena y un puñado más para cambiar este año por uno que no se sabe si promete o no buenas noticias. En fin, como no pienso “prepararme” para la evaluación final, le prepuse a mi padre que aseáramos el interior del auto, asqueroso gracias a sus viajes a la Ayapana y a los paseos furtivos que terminan en el sanguchero de la Plaza Mayor.

Esperamos que el sol se oculte tras los penachos, nubes como algodón. El sol nos está friendo mientras algunas nubes se pasean de este a oeste allá en lo alto. “NO hay esperanzas” suspiré.
Hace meses que sueño despierta con esas gotas divinas que caen no precisamente de la ducha.
Saqué un paño, un balde a medio llenar con agua enjabonada, una escobilla y el recogedor a falta de aspiradora. Enrique y papá sacaron los protectores de los pisos y sin mayor ceremonia los escobillaron con detergente. Yo empecé a luchar con la basurilla maldita que se mete en los rincones más inoportunos… Sacude aquí y friega allá. ¿Cómo es posible que un carro se ensucie de esa manera?

Como me lo esperaba, la fregadera de los pisos terminó pronto. Si no fuera porque a papá se le ocurrió limpiar los vidrios por dentro, en este momento estaría limpiando sola mientras observo como mi hermano ofrece su vida al diablo montándose en su Slate amarillo asesino. Como nunca me lo esperé, el spray limpiavidrios se acabó. Yo esperaba que la compañía me iba a durar gracias a que papá tenía que luchar con las huellitas digitales pegadas al vidrio. Me quedé sola.

Felizmente ya estoy acabando y, aunque no acabe, dentro de poco tendré que dar por terminada la faena: El sol se oculta más rápido de lo que un fotógrafo o alguien que limpia su auto desearía. Mientras la luz se me escapaba, Adri salió despavorida de la casa seguida por los gritos ninja de Enrique que usaba el no muy antiguo spray del limpiavidrios como pistola de agua. No puedo decir si es locura generalizada o unión familiar. De todos modos se divierten. Cuando estuvieron lo bastante mojados para pescar un resfrío o algo más grave mi papá los mandó a cambiarse. En tanto ya había oscurecido así que me dispuse a terminar de una vez por todas con el aseo. Saque toda la porquería. Una botella de Coca Cola debajo del asiento, un periódico de octubre en el portavasos y la botella de veneno para mosca blanca en el cenicero que tanto había buscado. Recogí todos mis trapitos y devolví el protector de sol al tablero. Levanté la mirada y pude ver el parabrisas ametrallado por Enrique. “Lo van a matar”, pensé. De pronto me di con la sorpresa que el parabrisas seguía mojándose, y no había ningún Enrique, ni ningún spray alienado. Entonces…

Salí del carro tan rápido que por poco termino en el balde de agua y jabón, ahora notablemente más sucia. Corrí hasta el más cercano: mi padre, y antes de llegar a él, como adivinando, se volvió hacia mí y con una sonrisa en el alma, habló por mí: Está lloviendo.

La emoción que me embargó al enterarme que la lluvia no era un desvarío de mi mente sólo podría describirse con una palabra que Mary Poppins me enseñó: Supercalifragilisticoespidalidoso.



Salté y grité que llovía como si tuviera la edad de Enrique. Cuando por fin me callé pude escuchar el caer de cada gota, pude sentir como rozaban mis mejillas y arruinaban mi visión al toparse con mis anteojos. Desapareció el tiempo y no recuerdo muy bien que fue lo que pasó con el espacio. En ese momento sentí que era más feliz que nunca en mi vida. Fueron los 3 minutos más eufóricos de Diciembre. Seguro exagero, y probablemente a muchos les parecerá que un poquito de agua no es gran cosa. Pero nadie me va a quitar ésta historia, este mini pedacito vivido, ésta primera lluvia en la temporada.

lunes, 25 de agosto de 2008

Invierno loco, con moco por poco

Nasca, Ica, Perú
25 de Agosto del 2008

Hace siglos que no tengo la dicha de entrar internet, o mejor dicho, de escribir unas líneas en este humilde blog ( jaja ni yo me lo creo).

Y es que, como comprenderán, para una persona que no goza del servicio de internet en casa como yo, le es bastante difícil reunir el valor como para ir a sentarse en una silla de plástico junto a media docena de chibolos gritando exitados por un juego virtual, como para ir a ampollarse los dedos mientras teclea esta porquería más parecida a una máquina de escribir de antaño que un teclado viejo.

Pero hoy lo hice, y la verdad es que no sé que escribir, sólo puedo decir que el título se debe a que el resto de mis escritos están relacionados con el clima, y que a pesar de la demencia de éste, no me he resfriado... hasta ahora.

Después de una semana por fin puedo continuar escribiendo, como, por supuesto, ustedes no se han dado cuenta, déjenme decirles que tuve que abandonar este blog por dos razones: Porque la hora de alquiler de la máquina venció y porque el resto de los días he estado con resfrío de muerte. Mejor dicho, estos últimos seis días han estado a punto de convencerme de que existe el castigo divino y que el destino tiene voluntad propia. Es casi inconcebible pensar que nada más saliendo rumbo a mi casa empezaran los síntomas del resfrío. Hoy vuelvo para terminar esto.

La verdad es que no sé para qué empecé a escribir esta entrada, porque, honestamente, no sé que contar...

A veces hacemos, decimos o peor (como en mi caso), escribimos cosas sin razón alguna, sin ninguna garantía de cordura y sin tener propósitos claros. ¿Por qué? Instinto? Un impulso? Simplemente... nos da ganas y punto, eso es lo que me pasó al empezar aquí.

¿Cuál es el objetivo de todo esto? ¿Cuál es el objetivo de estudiar, tener una profesión, ir al trabajo, ganar dinero, tener hijos y construir una casa si a fin de cuentas nos morimos sin más?

Ya que hemos sido arrojados al mundo sin pedirlo, y somos libres, independientes y responsables de todo lo que hacemos sin haberlo deseado, ¿Qué mas no queda que intentar mejorar nuestra fugaz existencia?



Creo que he dado en el clavo.

¿Qué otra razón de vivir podemos tener si no es la de mejorar y enseñar a los demás a mejorar? Ya que estamos irremediablemente aquí y ahora, disfrutemos y hagamos que los demás disfruten con nosotros.

A mi me encanta el mundo y creo que lo estoy escribiendo para dar la oportunidad de que alguien también se vea encantado por él.



Escribo esto porque quería gritar a los cuatro vientos que estamos entrando a la primavera, pronto los árboles revivirán y las flores se despertarán después de tan largo sueño. Más tarde vendrá la lluvia, claro signo de que el mundo está vivo igual que yo. Escucharé la sinfonía del agua acariciando el aire, uniéndose a la tierra, creando verdadera vida a su paso.

Oiré luego a los arroyos y a los ríos, bailando con las piedras que los acompañan, vociferado: Aquí estoy!

Solo faltan unos meses, y ya el planeta se estremece, los remolinos y los vientos voraces de este lado del mundo están practicando para llevarse a las nubes, el Sol avanza más lento para llamar seduciendo majestuosamente a las aguas. Hoy las estrellas brillan con más fuerza, porque, vanidosas como son, saben que dejarán de ser vistas por un tiempo, tiempo en el que durará la fiesta en el firmamento, en su firmamento.



Es lo que espero, con todo mi ser, un grán espectáculo, manifestación de aquello que no muchos ven:


La lluvia al caer.

viernes, 15 de febrero de 2008

Verano, a ver si me esperas

Lima, Perú
15 de Febrero del 2008

Mis predicciones se cumplieron, si bien no las "publiqué" aquí, mi familia sabrá que me he pasado registrando los "hechos metereológicos" que mis pocas fuentes han podido detallarme.

Al principio del verano mis pronósticos se "estrellaron" contra el muro de los hechos verdaderos... Y es que yo no había previsto que el 2008 se afeminaría metereológicamente, y menos aún que el fenómeno de "La Niña" fuera esta vez el encargado de alterar nuestro tiempo... Entonces me dediqué a reformular mi teoría, y me pase pregonando como una loca durante todo enero que el 15 de febrero, después del Día de San Valentín, el clima volvería a dejar en claro que es muy poderoso, por lo menos en Nazca.

Y fue así. Hoy, mi padre que está con un muy fuerte dolor a la columna, me avisó desde Nazca que el río había inundado la ciudad, no es muy grave, pero comparado a los hechos anteriores (lo más fuerte fue una extraña lluvia regular, cosa que NUNCA ocurre en ese valle), esto es un verdadero escándalo, y exactamente en el aniversario de la gran lluvia!

Para mi grandísima desgracia, no estoy allí para cumplir mis sueño periodístico de fotografiar las calles transformadas por la naturaleza, y ni hablar sobre escribir sobre el acontecimiento como solo aquellos que han estado presente.



Aunque sé que mi partida a Nazca será pronto (las clases empiezan en dos semanas), ansío con toda mi alma el día en que suceda, pero, mientras tanto, escribo en este blog plomo inaugurado por mi, tratando de escribir lo que quizá no sea el desenlace de mi locura climática, todo depende del Verano, a ver si espera que llegue a Nazca para exprimir la últimas gotas de la temporada.

Asi que, si alguien, por casualidad, llegara a prestar atención a este aburrido conjunto de caracteres inventados por nuestra absurda cultura; y lo mas importante: si entiende los sentimientos que, por muy loco que suene, tratan de transmitir; no es necesario que os diga:

Rueguen al verano para que espere mi retorno a "la ciudad de su eterna estadía", y así poder ser testigo de su poder en pleno apogeo.

sábado, 12 de enero de 2008

Verano, a ver si se te antoja, no?

Lima, Perú
12 de Enero del 2008

Verano del 2008 según Calendario, Otoño del Nuncajamás según mis sentidos.


Hace un buen tiempo* que la idea del blog propio me acecha pues no puedo evitar caer de vez en cuando en un blog durante mi vaga, lenta y desinteresada navegación por la internet... Por qué me acecha y no se concreta? Muy simple: durante este tiempo*, he podido (o tenido que) caer de casualidad a diferentes tipos de blogs, así en cuato caía en uno cuyo "patrón" escribía bien o desarrollaba buenos temas, me emocionaba y me decía a mi misma: En este mismo instante empiezo a escribir... Pero como ya he dicho, caí en distintos blogs, y en cuanto caía en uno de esos especializados en mala ortografía, alteración de la lengua, fotografías poco jocosas y comentarios "gritaaaaaaaaados" sin pies ni cabeza; me decía: "ajjj, dios santo, no formaré parte de esta legión de ociosos"...

Pero, al fin y al cabo, mi vocación por la escritura parece dar resultados: Contra toda lógica, etoy quí y ahora, escribiedo algo para mí que ahora lees tú... si es que alguien es tan aburrido como para leer mis "confesiones", "escritos", "pensamientos", ..., "locuras"...diablos, ¿qué estoy haciendo? Bueno, que mas dá, muchas veces he hecho cosas sin sentido, y esto podría sumarse a la larga lista de desatinos, no me importa.



El título de "ésta edición" se debe a que mi existencia se esta viendo marcada por una inestabilidad del clima realmente sorprendente: En Lima, donde estoy de vacaciones, nublado; y en Nasca, donde posiblemente viviré los próximos dos años (y donde nunca, lee bien, NUNCA llueve), está lloviendo hace una semana...

Díganme: ¿¿¿Les parece esto NATURAL???



Estoy al borde de la locura, pues YO, "Laura Cristina Silvia Iglesias Gereda" (según mi partida de nacimiento), YO que siempre ando buscando la lluvia, los relámpagos, truenos, rayos y centellas... YO... estoy ahora más lejos que nunca, entereda de los últimos sucesos anómalos del clima gracias a amigos por MSN...

Díganme: ¿¿¿Les parece esto POSIBLE???



Por supuesto que no!!! Yo sé que tengo fama de loca, de ser anormal y de lograr lo imposible, pero es que no es para tanto! Será que tengo tan mala suerte? O hay algo más macabro y elaborado detrás de todo esto? Será Dios? Serán otros "dioses"? Será que es mi imaginación? No importa, ya me quejé con el noticiario de ATV por no tener un bloque del clima. De ahí a que me hagan caso hay mucho trote.




Sea como sea, no se pierda el desenlace o desarrollo (depende de la paciencia de la autora) de su blog favorito u odiado: Cotidiano, NO ORDINARIO.


Tiempos*: Abreviación de "La última semana"




Laura se despide diciendo:

DIABLOS, DIABLOS, DIABLOS,

¡ACABO DE TERMINAR EL PRINCIPIO DE MI BLOG!