domingo, 4 de marzo de 2012

No te vayas...

Hola Ayapana, la idea de dejarte me aturde...

ya hemos estado lejos, es verdad, y hemos sobrevivido pero puedo asegurarte, Ayapana, que no hay nada más parecido a la felicidad que dejarme abrazar por ti. No puedo imaginar mi vida sabiendo que ya no pertenecemos el uno al otro... la idea de no poder volver a tí nunca más es perturbadora. Cuántas horas he pasado contemplándote, cuidándote, haciendo travesuras y ensuciándome contigo. Eres la vida misma.

¿Dónde podré observar las estrellas? ¿Dónde más podré salir a pasear en bicicleta sola, con el viento en la cara, oyendo el silencio de tu grandeza? ¿Cuándo volveré a emocionarme porque llueve o porque el río ruge por la madrugada? ¿Dónde más podré ser libre? Este es el paisaje de mis ojos, donde puedo ser yo, pura y sinceramente yo. Acaso no puedes acompañarme? Podrás recordarme? Ven conmigo o la mitad de mi alma se quedará contigo, con el viento, con tu silencio... con todas aquellas cosas de las que alguna vez renegué, pero que le dieron vida a mi existencia. ¿Podré acostumbrarme a los días sin tí, Ayapana? ¿Cómo olvidar la pureza de tu aire, el agua fresca, ese algo que te hace sentir tan bien?

Dime Ayapana, ¿Cómo abandonar aquello que te hace feliz?

 

No hay comentarios: